Mi llegada a Estadio Deportivo coincidió con el nombramiento de José María del Nido como presidente del Sevilla. El ya lejano 28 de mayo de 2002. Eran tiempos de crisis en Nervión. Momentos de vacas flacas. Momentos en los que había que darse con un canto en los dientes si los blancos acababan la temporada entre los seis primeros. Pero todo cambió desde ese día. Para bien. En lo deportivo. En lo institucional. En lo económico. Nada es como antes para los simpatizantes del elenco de las once barras, los mismos que han podido ver ganar a los suyos cinco títulos en menos de dos años. Los que presumen de equipo. De un director deportivo envidiado por los demás. Del mejor filial de nuestro país. De tantas y tantas cosas que han convertido por méritos propios a los hispalenses en un candidato a todo por hacer las cosas bien.Todo lo contrario que ED en el pasado lustro. Cuando entré a formar parte de su plantilla era el hermano pobre de la prensa sevillana. El diario del que nadie hablaba, del que nadie se acordaba, al que nadie citaba, pero al que todos acudían para pedir la foto del canterano de turno que comenzaba a despuntar en la Cisneros Palacios o en la Ruiz de Lopera. Ahora, en pleno 2007, es la vergüenza de la profesión. Si Del Nido vendió a Julio Baptista, José Antonio Reyes o Sergio Ramos, pero contrató a Kanouté, Poulsen, Palop, Adriano... los rectores de ED se desprendieron de notables profesionales, para sustituirlos por periodistas de segunda fila. Porque salvo contadas excepciones, los sustitutos de los Pedro García, Javier Oliva, Amparo Baca, Manolo Méndez, Sergio Aranda... no merecerían trabajar en ningún medio serio. Y es una pena que un rotativo con un potencial tan grande, donde todavía queda gente que merece muy mucho la pena, tenga tan escasa credibilidad. Por querer ser la versión en papel del ‘Tomate’. Por convertir en noticia un simple comentario vertido en un foro. A uno que lleva más de una década en esto, le enseñaron que hay que ser riguroso con lo que uno escribe. Porque un periódico es una cosa muy seria. Ellos sabrán lo que hacen. Allá cada uno con las decisiones que toma en su propia casa.Sinceramente, me agrada que todos los que hemos sido presa de unos indocumentados tengamos un lugar donde contar nuestras inquietudes, recordar esos buenos momentos vividos en la Avenida San Francisco Javier. Un abrazo a todos. Estamos en contacto. Aunque sea para acordarnos de la que fuera nuestra casa. La misma que nos mandó a la mierda por hacer las cosas bien. José Antonio Jiménez (Muchodeporte)
miércoles, 17 de octubre de 2007
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3 comentarios:
Qué bueno saber que después de todo hay algo que nos une. Ánimo y adelante.
Interesante esa falta de respeto a los sustitutos de tus compañeros. Como periodista, estoy en contra de los despidos cuya causa no es otra que una mala gestión del medio de los que están arriba, pero todo el mundo tiene derecho tanto a una oportunidad de empezar en esta profesión, como a tener tiempo de mejorar. ¿Acaso no todos, en nuestro primer día de trabajo, eramos periodistas de segunda fila? Yo hasta de tercera...
Critica a los que cometieron errores o no supieron apreciar la calidad de lo que tenían en la redacción, no a los les ofrecieron la oportunidad de trabajar en ED y que decidieron aceptarla, porque seguro que no tienen nada que ver con los despidos.
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